martes, 5 de julio de 2011

CLASE 1: PARA AMPLIAR Y PROFUNDIZAR

Concepto clave: cristocentrismo trinitario en los sacramentos
Nos dice el P. Esparafita…
"La iniciación cristiana es un camino progresivo de identificación con Cristo que tendrá su comienzo cuando el catecúmeno sea signado con la cruz de Cristo, y alcanzará su momento culminante cuando se haga uno con Él participando sacramentalmente de su misterio Pascual. En este camino de configuración con Cristo, el bautismo nos sumerge en la vida nueva de hijos en el Hijo, la confirmación, por el Don del Espíritu Santo nos configura más perfectamente con Cristo y fortalece su vida; y por la Eucaristía nos identificamos plenamente con Él: participando de su sacrificio, nos ofrecemos con Él al Padre y comiendo su cuerpo y su sangre disfrutamos la anticipación salvífica del banquete celestial. Cada uno de los sacramentos de la iniciación cristiana expresa una progresiva profundización de este misterio.
…Cada sacramento prepara para el siguiente realizando en el cristiano lo que se realizó en Jesús. Por lo tanto podemos decir que la iniciación cristiana supone una secuencia ritual que expresa sacramentalmente una progresiva participación en la gracia de Dios. Por cuanto "los fieles renacidos en el Bautismo se fortalecen con el sacramento de la Confirmación y son alimentados en la Eucaristía [...] y así reciben cada vez con más abundancia los tesoros de la vida divina y avanzan hacia la perfección de la caridad".
Dado que nos interesa profundizar en una auténtica teología de este "gran sacramento" hemos de contemplar la intrínseca relación entre la Iniciación Cristiana y el acontecimiento pascual y considerar su significado trinitario. Considerar la iniciación cristiana como acontecimiento trinitario significa comprender la iniciación como "acción" del Dios trinitario; que implica, la "conversión" al Dios trinitario; y, que procura la "inserción plena" -si bien sujeta a la tensión escatológica del "ya" pero "todavía no"- en la vida trinitaria de Dios."
De modo que plantear la necesidad de renovar la catequesis en clave de Iniciación Cristiana implica asumir radicalmente los conceptos ya planteados en el Directorio Catequístico General:
"La Palabra de Dios, encarnada en Jesús de Nazareth, hijo de María Virgen, es la Palabra del Padre, que habla al mundo por medio de su Espíritu. Jesús remite constantemente al Padre, del que se sabe Hijo Único, y al Espíritu Santo, por el que se sabe Ungido. Él es el "camino" que introduce en el misterio íntimo de Dios .
El cristocentrismo de la catequesis, en virtud de su propia dinámica interna, conduce a la confesión de la fe en Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Es un cristocentrismo esencialmente trinitario. Los cristianos, en el Bautismo, quedan configurados con Cristo, "Uno de la Trinidad" , y esta configuración sitúa a los bautizados, "hijos en el Hijo", en comunión con el Padre y con el Espíritu Santo. Por eso su fe es radicalmente trinitaria. "El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida cristiana" .
El cristocentrismo trinitario del mensaje evangélico impulsa a la catequesis a cuidar, entre otros, los siguientes aspectos:
- La estructura interna de la catequesis, en cualquier modalidad de presentación, será siempre cristocéntrico-trinitaria: "Por Cristo al Padre en el Espíritu" . Una catequesis que omitiese una de estas dimensiones o desconociese su orgánica unión, correría el riesgo de traicionar la originalidad del mensaje cristiano .
- Siguiendo la misma pedagogía de Jesús, en su revelación del Padre, de sí mismo como Hijo y del Espíritu Santo, la catequesis mostrará la vida íntima de Dios, a partir de sus obras salvíficas en favor de la humanidad . Las obras de Dios revelan quién es Él en sí mismo y, a la vez, el misterio de su ser íntimo ilumina la inteligencia de todas sus obras. Sucede así, analógicamente, en las relaciones humanas: las personas se revelan en su obrar y, a medida que las conocemos mejor, comprendemos mejor su conducta.
- La presentación del ser íntimo de Dios revelado por Jesús, uno en esencia y trino en personas, mostrará las implicaciones vitales para la vida de los seres humanos. Confesar a un Dios único significa que "el hombre no debe someter su libertad personal, de modo absoluto, a ningún poder terrenal" . Significa, también, que la humanidad, creada a imagen de un Dios que es "comunión de personas", está llamada a ser una sociedad fraterna, compuesta por hijos de un mismo Padre, iguales en dignidad personal. Las implicaciones humanas y sociales de la concepción cristiana de Dios son inmensas. La Iglesia, al profesar su fe en la Trinidad y anunciarla al mundo, se comprende a sí misma como "una muchedumbre reunida por la unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo".(DCG, nº 99 y 100)

REZAMOS LO APRENDIDO
Un texto nos puede ayudar a pensar todo esto y a ponerlo en oración contemplando el rostro del Maestro:
"La práctica prepascual de Jesús de Nazaret es la referencia ejemplar y cuestionadora para todo comunicador de la revelación salvadora en la historia posterior.
Jesús es testigo de Dios. Jesucristo es el Hijo de Dios eterno, uno solo con Dios Padre, hecho hombre para comunicar a la humanidad cómo es Dios y cómo unirse a Él. Sus discípulos pueden extender la comunión con Dios, es decir, su reinado, en la medida en que son testigos de esa unión con Dios.
Jesús es evangelizador al anunciar con hechos y palabras la buena noticia del reinado de Dios entre los hombres, para lo cual llama a la conversión o vuelco a Dios. Envía a todos sus discípulos a anunciar con su vida y palabra que todas las personas y culturas están llamadas al reinado del amor de Dios en ellas.
Jesús es comunicador: crea buenas relaciones con las personas, incluyendo los marginados por la sociedad; habla con diferentes lenguajes, comenzando por el de los hechos; usa el lenguaje popular con sus exageraciones y figuras, y multitud de recursos oratorios para atraer, persuadir y dejar pensando, pero se aleja de quienes lo rechazan.
Jesús es sacramento de comunión con Dios. Mediante su Espíritu Santo capacita para captar con sus implicaciones la revelación de Dios amor. Ofrece su cuerpo y sangre en la Cena Pascual como signo de su entrega para que viva Dios en los fieles y los fieles en Dios.
Jesús es profeta por ser la Palabra de Dios que se ha hecho hombre. Ve todo desde el punto de vista de Dios, denuncia la maldad, anuncia con hechos simbólicos y con palabras la buena noticia salvadora, y consuela a los afligidos.
Jesús es maestro, enseña con hechos y palabras, usa variados recursos, con autoridad al servicio de la verdad, del bien y felicidad de las personas. Conoce a cada discípulo, reserva su papel educativo a la familia. Con amor y paciencia educa las conciencias hacia la perfección del amor y la justicia. Anima, evalúa, felicita y corrige. Educa la libertad y la capacidad crítica, da criterios de discernimiento, despierta iniciativas, capacita para sufrir, forma líderes para mejorar el mundo.
Jesús es catequista: hace resonar en el corazón la palabra de Dios para animar a vivirla; la interpreta con sensatez; la encarna en la gente acudiendo a sus experiencias de la naturaleza, de la vida social, económica, cultural, política y religiosa. Cuestiona los criterios disonantes con los de Dios. Acompaña el crecimiento espiritual y encamina a la comunidad sacramental. "


CLASE 1: El camino de la Iniciación Cristiana

El camino de la Iniciación Cristiana

Comenzamos en esta AULA ABIERTA una serie sobre un tema de gran actualidad. La realidad pastoral nos exige una renovación a fondo. El III Congreso Catequístico Nacional, en mayo 2012 tratará sobre esta temática. Este es un tiempo propicio de acompañar el camino con textos disparadores de la reflexión, para provocar la búsqueda de nuevos horizontes en nuestra práctica catequística.

En estos tiempos, nuestro interlocutor es un nuevo sujeto, como nuevo es el contexto socio-cultural en el que vivimos, y nuevos también son los tiempos que vive la Iglesia. Es por eso que planteamos la necesidad de resignificar nuestra catequesis desde esta perspectiva.

En esta nueva etapa del Aula Abierta, cual vamos a revisar desde distintas miradas lo que implica hablar de Iniciación Cristiana. Como ya informamos en el Nuevos Horizontes Nº 6, la participación en el Aula Abierta puede ser elegida como un modo de prepararse para el SENAC. Es decir, que resignificamos este espacio como una de las modalidades posibles para el pre – seminario. Antes de presentar la Clase Nº 1, detallamos a continuación, el programa de este espacio de formación.

Nos proponemos:

- VER la realidad de los itinerarios de Iniciación Cristiana en nuestros contextos pastorales

- ILUMINAR esa realidad con esta nueva propuesta de renovar la catequesis en clave de Itinerario de Iniciación Cristiana, ahondando en su significado teológico-pastoral.

- OBRAR para transformar nuestra práctica catequística en orden a hacerla más viva y operante.

CONTENIDOS

Ø Clase Nº 1: El “hoy” de la Iniciación Cristiana

- Una mirada a nuestra realidad pastoral. El sujeto de esta iniciación, sus motivaciones y las de la Iglesia para con él.

- Pérdida de la centralidad del Misterio Pascual en la liturgia y de la práctica sacramental.

§ Anexo: Concepto clave: cristocentrismo trinitario en los sacramentos.

§ Para rezar lo aprendido

Ø Clase Nº 2: La Iniciación en sentido amplio

- Concepto de iniciación

- Mirada a los ritos iniciáticos en otras culturas.

§ Anexo: El lenguaje iniciático: signo y símbolo

§ En qué se inician hoy los sujetos, mirada antropo-sociológica.

§ Para rezar lo aprendido.

Ø Clase Nº 3 : Iniciación Cristiana, en la historia

- Rastreamos en la Biblia (en al AT y en el NT)

- Pedagogía de la iniciación en Jesucristo

§ Anexo: La iniciación en la época patrística

§ Para rezar lo aprendido.

Ø Clase Nº 4: Iniciación Cristiana y Catecumenado

- El catecumenado: unidad y mistagogia en la iniciación

- Teología del misterio en la liturgia y en el organismo sacramental

- ¿Itinerario de iniciación o “autismo” sacramental?

- Hacia un camino sacramental fecundo, inclusivo y permanente

      • Anexo: Iglesia Oriental: continuidad en un proceso integral
      • La Iniciación: un camino casi olvidado.
      • Para rezar lo aprendido

Ø Clase N º 5 : Actualidad de la Iniciación Cristiana ( I)

- La Iniciación Cristiana: una responsabilidad comunitaria

- Distintos niveles de responsabilidad.

- Iniciación y piedad popular (experiencia del santuario)

§ Anexo: En las comunidades y ámbitos (parroquia, colegio, movimiento...)

§ Rezamos lo aprendido

Ø Clase N º 6: Un nuevo modelo de Iniciación Cristiana

- Un nuevo modelo: el kaino-catecumenal

- Anhelos de restauración de la unidad de la iniciación cristiana.

- El diálogo ecuménico y la unidad de la iniciación cristiana.

§ Anexo: Catequesis de la identidad.

§ Rezamos lo aprendido

Ø Clase Nº 7

- Una eclesiología de comunión, marco para la IC

- Aparecida y su aporte sobre la Iniciación Cristiana

§ Anexo: El nuevo paradigma de la Catequesis desde el Instituto Internacional de Catequesis Lumen Vitae: Hacia comunidades catequizadas y catequizantes.

§ Rezamos lo aprendido

Ø Clase Nº 8 : Espiritualidad de la iniciación

- La persona del catequista de iniciación: vocación y ministerio singulares

- Caminar acompañando personal y comunitariamente

- Camino de la Iglesia para que la Iglesia camine

§ Anexo: Trabajo final

§ Rezamos lo aprendido

Formas de evaluación

Pueden elegir entre una de estas dos opciones:

· Evaluación sumativa: Realizar el trabajo final propuesto en la última clase del 19/8 (como trabajo previo al SENAC)

· Evaluación procesual: Enviar un archivo a senac@isca.org.ar con la recopilación de todas sus participaciones en los foros. Nunca podrán ser menos de 8 por cada catequista-alumno.

Bibliografía básica:

- Lineamientos y orientaciones para la renovación de la Catequesis de Iniciación Cristiana, Comisión Episcopal de Catequesis y Pastoral Bíblica. Oficina DEL Libro, 2010

- Documento conclusivo Vº Conferencia del Episcopado de Latinoamérica y el Caribe, en Aparecida, Oficina del Libro 2007

- El gran Sacramento de la Iniciación Cristiana, tesis de Licenciatura del Pbro. Fabián Esparafita.

- Recopilación de textos con respecto al tema Iniciación Cristiana realizado por el Equipo ISCA, en http://www.isca.org.ar/juntanc-2007docs.htm

- Materiales traídos por Nilda Rosso y Andrea Zannol, enviadas por el ISCA al ITEPAL a capacitarse en Catequética., en http://www.isca.org.ar/juntanc-2007docs.htm

- Catequesis con impulso. La renovación misionera de la catequesis, Pbro. Dr. Víctor Manuel Fernández, San Benito, 2009

- Caminos para la fe. Líneas básicas sobre itinerarios de educación en la fe, Josep Ma. Maideau, Editorial Claretiana, 2010

- La conversión misionera de la catequesis, Cuadernos AECA, Editorial PPC, 2007

- El primer anuncio. El eslabón perdido, Xavier Morlan, Editorial PPC, 2009

- Volver a empezar, André Fossion, Editorial Sal Terrae, 2005

Clase Nº 1: El “hoy” de la Iniciación Cristiana

Nos dice el P. Fabián Esparafita en su tesis:

El tema de la «iniciación cristiana», creemos, reviste suma importancia. En efecto, está relacionado directamente con el comienzo de la vida cristiana y nos refiere a la tarea central de la Iglesia[1] de «hacer cristianos».[2] Se destaca aún más su importancia[3] al reconocer, por un lado, que, hacia el interior de nuestras comunidades, exige una permanente revisión y vigilan­cia,[4] dado que en ella está el fundamento de la identidad de sus miembros; y que, por otro lado, en lo que hace al diálogo con otras comunidades cristianas, actúa como articulador en la continuidad y profundización de los caminos que faciliten y favorezcan la unidad ecuménica.[5][6]

Mirando los primeros tiempos de la Iglesia podemos revisar nuestra actualidad pastoral a fin de descubrir nuevos caminos. No se trata de repetir modelos anacrónicamente sino de beber en la mística que animaba aquellos tiempos para re-crear nuestra catequesis resignificando la práctica cotidiana.

Nos dicen nuestros Pastores: [7]

…”La revisión y renovación de la catequesis inicial es una convicción general que surge tanto de la nueva eclesiología propuesta a partir del Concilio Vaticano IIº como de la necesidad de una consecuente pastoral orgánica, junto a la realidad social y cultural actual, profundamente desafiante[8].

Estamos en un cambio de época, con profundas transformaciones, culturales, sociales, familiares, etc. La vida cristiana y eclesial –y por ende, nuestra propuesta pastoral-, necesita un urgente reajuste a esta realidad nueva. Debemos mirar con mucho realismo y sinceridad nuestra situación. “Son muchos los creyentes que no participan en la Eucaristía dominical, ni reciben con regularidad los sacramentos, ni se insertan activamente en la comunidad eclesial (...) este fenómeno nos interpela profundamente a imaginar y organizar nuevas formas de acercamiento a ellos para ayudarles a valorar el sentido de la vida sacramental, de la participación comunitaria y del compromiso ciudadano. Tenemos un alto porcentaje de católicos sin conciencia de su misión de ser sal y fermento en el mundo, con una identidad cristiana débil y vulnerable[9]. El gran desafío hoy es la iniciación cristiana, es ver “cómo estamos educando en la fe y cómo estamos alimentando la vivencia cristiana”[10], en esta sociedad y cultura en la que vivimos, más aún teniendo en cuenta la descripción planteada en el documento de Aparecida ya que “...en muchas partes, la iniciación cristiana ha sido pobre o fragmentada”[11].

Ante estos desafíos, la realidad catequística en nuestro país nos cuestiona, de allí la firma convicción de los Obispos argentinos acerca de la necesidad de una profunda renovación y optimización de nuestra catequesis de iniciación cristiana…”

Una mirada a nuestra realidad pastoral. El sujeto de esta iniciación sus motivaciones y las de la iglesia para con él

Nos dice el documento de Aparecida[12] que cuando hablamos de Iniciación Cristiana en nuestras comunidades siempre se oyen voces que diagnostican:

  • falta de compromiso y perseverancia de los bautizados”… « ¿dónde están los bautizados?»
  • una identidad cristiana frágil o débil”… « ¡y esa persona dice que es católica
  • falta de conciencia de la misión… « ¿no tenemos que ser sal y fermento en la masa?»

Por lo tanto, como comunidad eclesial Aparecida nos invita a revisar…

  • cómo educamos en la fe
  • cómo alimentamos la vivencia cristiana

Debemos volver con fervor a los primeros tiempos de la Iglesia para dar testimonio de nuestro encuentro vital con Jesucristo y as…

  • invitar a otros y acompañarlos en su encuentro con Jesús... que sean discípulos
  • compartir con ellos el camino de la fe para seguirlo… que sean misioneros

Hay que buscar con creatividad un modelo operativo de Iniciación Cristiana que nos ayude a replantear y resignificar…

- el qué

- el para quién

- el cómo

- el dónde … se realiza la Iniciación Cristiana

Pérdida de la centralidad del misterio pascual en la liturgia y de la práctica sacramental .

No es nuevo ver cómo se ha perdido la práctica sacramental. Ya en el Documento Navega Mar adentro nuestros Pastores llamaban la atención sobre la necesidad de resignificar el domingo como día del Señor y desde allí renovarnos.

Una auténtica espiritualidad de comunión nace de la Eucaristía. Ella colma con sobrada plenitud los anhelos de unidad fraterna que alberga el corazón humano. No es casual que el término comunión se haya convertido en uno de los nombres específicos de este sublime sacramento. Del mismo modo, esta actitud del corazón se alimenta en la escucha constante de la Palabra de Dios, en la liturgia dominical, en la celebración gozosa del sacramento del perdón, en la oración personal y en la misma vida comunitaria con todas sus exigencia. (NMA 85)

… muchos no participan en la vida de las comunidades cristianas, debilitándose su sentido de pertenencia y el crecimiento en la fe. Ante esta realidad de fragilidad espiritual, cada vez más acentuada, tenemos que poner un particular empeño para que, mediante un vigoroso anuncio del Evangelio, ningún bautizado quede sin completar su iniciación cristiana, facilitando la preparación y el acceso a los sacramentos de la Confirmación, la Reconciliación y la Eucaristía. Con suave pero firme persuasión pastoral, hemos de invitar a participar de una vida cristiana que se distinga por el arte de la oración, y ponga su mirada en alcanzar la plenitud de la participación eucarística, sobre todo en la celebración dominical…(NMA 92)

El comprometernos en la renovación de la catequesis en clave de Iniciación Cristiana tendrá como fruto un resurgimiento de todo esto ya que el encuentro con el Señor nos abre al “hambre” de alimentarnos de Él y de compartir entre nosotros como hermanos, miembros de su familia.

ESTA CLASE NOS INTERPELA

Mirando la realidad pastoral donde desarrolla su tarea catequística:

- ¿Qué elementos agregaría a nuestra reflexión que nos impulsan a resignificar los procesos de Iniciación Cristiana en nuestras comunidades?

- ¿qué aspecto le parece prioritario para renovar esos procesos?



[1] Al usar este término tenemos en cuenta la concepción referida en LG 8; reconociendo además los múltiples modos de pertenencia a ella según se describe en el mismo documento conciliar (cf. LG 14-16).

[2] «Fiunt, non nascuntur christiani». Cf. Tertuliano, Apologeticus pro Christianis XVIII (PL 1,378).

[3] Es de destacar el crecimiento incesante de la literatura sobre este tema: nos permitimos ofrecer como referencia algunos artículos publicados en Revistas como La Maison Dieu (MD) 132, 182, 185; Teología y Catequesis (TeCa) 4, 21, 28, 31-32, 72; Estudios Trinitarios (EstTrin) 27, Phase (Phase) 11, 17, 20, 22, 24, 25, 28, 29, 30, 33, 36; Rivista Liturgica (RivLi) 48, 54, 64, 66, 71, 76, 79. Allí puede observarse cómo los temas referentes a la iniciación cristiana ocupan un significativo espacio tanto en cuanto a la extensión que se les dedica -algunas revistas consagran números enteros a la temática (MD 182; TeCa 72; Phase 22, 29; RivLi 54, 66)-, como a la frecuencia con la que aparecen…

[4] «Tal vigilancia debe estar siempre presente y operante en la conciencia del siervo fiel, determina la conducta moral, práctica y presente que debe caracterizar al cristiano en el mundo. El llamamiento a la vigilancia está intimado por el Señor también en orden a hechos próximos y cercanos, es decir, a los peligros y a las tentaciones, que pueden producir caídas o desviaciones en la conducta del hombre (cf. Mt 26,41). Así, es fácil descubrir en el Evangelio una continua invitación a la rectitud de pensamiento y de acción» (ES 15); Vigilancia que no es otra cosa sino «solicitud por el bien de toda la iglesia» (cf. PGs 19). Como testimonio de esta vigilancia–solicitud podemos observar las distintas propuestas pastorales que intentan responder al desafío de la iniciación, las cuales no dejan de generar ciertas dificultades y desavenencias en el mismo seno de la Iglesia. De allí nuestro interés por abordar la reflexión de este tema.

[5] Cf. Borobio, D., La Iniciación Cristiana, Salamanca: Sígueme 1996, 15.

[6] Cf. Pbro. Fabián Esparafita, Tesis de Licenciatura «La Iniciación Cristiana», Introducción

[7] Cf. Comisión Episcopal de Catequesis y Pastoral Bíblica, Lineamientos y orientaciones para la Renovación de la Catequesis de Iniciación Cristiana, Introducción (en edición)

[8] Cf. NMA, 22-23.

[9] DA, 286; los resaltados son nuestros.

[10] Id. 287.

[11] Id.

[12] Cfr. Documento Conclusivo de Aparecida nº 286 a 300